Aprende todos los kanji básicos en un tiempo reducido para acelerar tu japonés y tus conocimientos sobre Japón

Empecé a estudiar japonés hace ya bastantes años, unos meses antes de mi año de intercambio en la universidad de Waseda. Desde entonces he comenzado y abandonado el estudio muchas veces. Sin embargo, solo desde hace unos tres o cuatro años puedo decir que soy capaz de leer japonés decentemente. Aún diría más. Desde aquel punto de inflexión, mi nivel hablado y de escucha ha mejorado drásticamente. Todo ello gracias a una cosa: ahora puedo leer kanji. Pienso firmemente que los kanji pueden ser la mejor puerta hacia el dominio del lenguaje japonés y de la cultura japonesa en general. Me explico.

He vivido en Japón durante varios periodos de mi vida. Aunque mi progreso con el idioma ha sido de acelerones y frenazos, mi nivel hablado siempre fue hacia arriba. Aunque despacio, viviendo en Japón siempre mejoré mis habilidades comunicativas - estudiando o simplemente conviviendo con japoneses. Muchas veces me preguntaban, ¿cuántos kanji puedes leer? Mi respuesta era, 50, 100, 300! Respondía esto con mucho orgullo (todos sabemos cuanto cuesta recordar ‘permanentemente’ los kanji). A pesar de esto, y de haber vivido unos cuantos años en Japón, no era capaz de leer japonés ‘normal’ (a excepción de señales, menús, y algún que otro sencillo manga). Aunque no era consciente hasta que me puse en serio con el estudio de kanji, existía una barrera muy alta entre yo y un mundo inexplorado de libros y cultura japonesa, solo accesible a través de la lectura fluida. Aunque ya llevaba practicando el idioma durante años, leer kanji ha cambiado para siempre mi nivel y mi acceso a la cultura nipona.

Necesitas un ‘atracón de estudiar kanji’

Los kanji son símbolos ideográficos que representan ideas o palabras. Fueron introducidos desde China a través de Corea en el s.V, y adaptados para representar el idioma japonés, que carecía de escritura. Cada kanji puede tener varios significados y lecturas, según se combinan entre ellos o con los silabarios con los que conviven (hiragana y katakana). El estudio en sí de la etimología de los kanji - su origen, significado y evolución - es fascinante. El problema para los que no crecimos en Japón, y para los que no nos metieron los kanjis con calzador desde los seis hasta los 18 años (cuando nuestro cerebro absorbe casi cualquier cosa, incluso cuando el método de estudio no sea óptimo), es que éstos son muy difíciles de recordar permanentemente cuando los estudias de adulto. La mejor estrategia para no olvidar kanji es, posiblemente, no dejar de leer constantemente. El problema es que leer en japonés cuando no dominas un gran número de kanji es difícil. Primero, tienes que estar continuamente repasándolos para no olvidarlos. Además, los textos que alguien puede leer cuando conoce 100, 300, o 500 kanji son muy escasos. Y ya dejando aparte si queremos entretenernos con estas lecturas.


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Una solución para este problema, y que a mí y a muchos otros les funciona, es lo que yo llamo pegarse un ‘atracón de estudiar kanji’. Esta estrategía consiste en dominar ‘todos’ los kanji (me refiero a leer al menos 2000 kanjis básicos) durante un periodo ‘corto’ de tiempo. Digamos que entre 6-9 meses y 2 años. Estudiarlos durante un corto periodo te permitiría no olvidar los kanjis tan fácilmente. Además, en cuanto dominas unos 1500 kanji, las lecturas de artículos, novelas, etc., se hacen soportables (si ya tienes un conocimiento medio del idioma). Ser capaz de leer textos/libros te mete en una espiral de mejora de capacidades lectoras que cambia para siempre tu nivel de japonés y posiblemente tus conocimientos sobre japón. Más abajo describo algunas estrategias para poder aprender 2000 kanji básicos en un tiempo reducido. Pero antes, déjame contarte algunos beneficios de dominar los kanji.

Por qué aprender kanji?

Aprender kanji mejora tu japonés hablado y escuchado. Durante el estudio de los kanji, no sólo se estudian símbolos individuales con sus particulares lecturas. También se estudian sus múltiples combinaciones, que representan muchos vocablos japoneses. Estudiar palabras en kanji incrementa tu vocabulario, y refuerza esos centenares de palabras que alguna vez estudiaste pero que no utilizarías de forma espontánea. Pero aún hay más. Estudiar las múltiples lecturas de los kanji te provee de una intuición natural para adivinar los significados de las palabras cuando las escuchas. Recuerdo la primera vez que fui consciente de este efecto, cuando alguien me preguntó: 洗車機行かないか?(Senshaki ikanai ka? Por qué no vamos al lavadero de coches?). Yo no conocía o no recordaba la palabra senshaki, lavadero de coches. Pero mi nueva mente llena de kanjis y lecturas, junto con la visión de mi coche lleno de polvo, me hicieron entender perfectamente que me hablaban de la máquina (機 ki) de lavar (洗 sen) coches (車 sha). Éste es un ejemplo muy sencillo (estos son algunos de los primeros kanji que se estudian), pero algo parecido me sucede ahora muy frecuentemente. Una de las razones del gran efecto de conocer kanji para el aprendizaje del japonés es la gran cantidad de homónimos con el que cuenta este idioma. Solo escuchando vocabulario es difícil retener las palabras desconocidas, pero esto es más sencillo viendo la palabra escrita. El proceso mental de entender vocabulario nuevo a través del conocimiento de kanji, a su vez, ayuda a no olvidar fácilmente la nueva palabra. No es sencillo de explicar, pero la kanji-mente dispara el aumento y la retención de nuevo vocabulario.

El siguiente beneficio de conocer los kanji básicos puede parecer bastante obvio. Pero no había sido consciente de su potencial hasta hace poco. Conocer los kanji te permiten leer (leer de verdad), y la lectura es, sin duda, el vehículo principal hacía cualquier cultura y pensamiento. Desde la primera vez que estudié japonés, me esforzaba en leer cosas sencillas, mangas, textos simplificados, y otros artículos que ayudan a reforzar los kanji aprendidos. Pero desde que puedo leer de forma fluida (sin utilizar varios minutos para cada frase, como antes), el mundo de posibilidades lectoras parece infinito. Muchos de vosotros habréis visitado las preciosas librerías del barrio de Jinbochou, en Tokio. A mí siempre me encantó escudriñar entre los libros, buscando pequeñas joyas sobre mis temas favoritos. Incontables libros no tienen traducciones al inglés o al castellano, por lo que no podía leer ninguno de estos libros hasta hace poco! Ahora, aun con paciencia y diccionario en mano, acumulo y leo libros y revistas sobre historia, artes marciales, naturaleza, etc. Leer en japonés no solamente amplía el número de libros y textos al que puedes acceder, si no que te provee con un conocimiento más profundo, más detallado que cualquier texto que ha sido traducido. Los matices del vocabulario en kanji, los vocablos intraducibles o que representan conceptos inexistentes en occidente, e incluso el apasionante ‘juego de palabras’ que facilita el uso de los kanji (por ejemplo, los autores japoneses juegan mucho con los homófonos), hacen increiblemente interesante los textos originales en japonés.


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Otra razón importante, los kanji podrían hacerte conseguir un trabajo en Japón, o hacer avanzar tu carrera allí. Hay miles de extranjeros trabajando en Japón hoy en día. Pero la proporción de ellos que puede leer y escribir en Kanji es mínima! Esto puede parecer sorprendente, pero incluso una gran parte de los extranjeros que llevan años viviendo allí son incapaces de leer una novela en japonés. Aunque es cierto que tener un nivel suficiente para hacer solicitudes ‘tradicionales’ de trabajo (就活, shuukatsu) es muy difícil, poder leer/escribir emails o documentos de la empresa puede ponerte en una posición de ventaja respecto a la mayoría de extranjeros con los que podrías estar compitiendo. En otro artículo hablaré en profundidad del shuukatsu en Japón.

Por último (y aunque existen muchas otras razones), conocer y estudiar kanji es divertido, y además puede servir como tema de conversación con nativos. Los que estudiamos kanji con reglas mnemotécnicas, en los que el orden de estudio es particularmente raro, a menudo aprendemos palabras-kanji poco comunes ( locales, en desuso, o muy modernas), que sorprenderán a cualquier japonés. Preguntar el kanji del nombre de alguien que acabas de conocer puede ser algo cordial y amigable, especialmente si eres capaz de escribirlo con el dedo en la palma de tu mano!

Métodos para aprender kanji

Todo esto suena genial pero, ¿cómo podemos aprender suficientes kanji para llegar a leer textos en japonés? La primera opción, y la más común, es el estudio tradicional de kanji. Es el estilo de estudio que enseñan en la mayoría de escuelas de japonés, tanto en Japón como fuera de allí. En cada lección se presenta un número determinado de kanji (típicamente de 10 a 25), se estudia su significado, sus distintas pronunciaciones, su escritura y algunos ejemplos de vocabulario. Esto es similar a cómo los niños japoneses estudian los kanji. Típicamente se estudia una lección a la semana. Si no has utilizado otros métodos de estudio de kanji diferentes, éste método te parecerá de lo más racional. Sin embargo, a no ser que dispongas de mucho tiempo para el repaso, o tengas una memoria de elefante, los kanji estudiados se te olvidarán fácilmente en poco tiempo. Aparte, este método es aburrido, el tiempo que debe dedicarse a cada kanji es muy largo, y pueden pasar bastantes años hasta que acabas de estudiar los +2000 kanji básicos. Hay herramientas muy útiles que pueden complementar el estudio tradicional de kanji y que mejoran la efectividad de éste. Un ejemplo es el uso de tarjetas de memoria, o aplicaciones tipo Anki. Estas herramientas nos ayudan al repaso continuo de los kanji, apuntando en tarjetas reales o virtuales los símbolos o el vocabulario, y descartando las tarjetas que recordamos más fácilmente, repasando las palabras que más se nos resisten.

Por otro lado están los métodos ‘no tradicionales’, y aquí la cosa se pone divertida. Se trata normalmente de métodos mnemotécnicos o de memoria visual. Mi primera aproximación a estos métodos fue Remembering the Kanji, el famoso libro de James Heisig (y de genial traducción/adaptación al castellano de Marc Bernabé y Verónica Calafell). Con este método, los kanji se descomponen en componentes, a los que se dota de significado. Para recordar cada kanji, se crea una historia (intentando que la historia tenga un importante componente imaginativo y emocional) que combina los distintos componentes (‘radicales’) del kanji, para llegar a recordar el significado y la lectura. Es un buen método, pero con algunos inconvenientes, como el tener que crear las historias, y la dificultad de recordar las lecturas y las combinaciones entre kanji. Otro ejemplo es el método Kanji ABC, también basado en dividir los kanji en componentes, y tratar de recordar el símbolo basado en estos. Es un buen método para complementar el estudio tradicional, pero sin el poder de fijar los kanji en tu memoria que tiene Remembering the Kanji o mi método favorito, WaniKani.


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Escribiré sobre WaniKani y mi experiencia con este método en otra entrada. Pero me gustaría anticipar que me parece el método más efectivo del momento para estudiar kanji - si tu objetivo es leer y no necesitas recordar la escritura. Se basa también en dividir cada kanji en componentes. Se estudian estos componentes asociándose a una palabra, y más tarde cada kanji es asociado a un pequeño ‘relato’ compuesto por los distintos componentes. WaniKani combina estos métodos de asociación de componentes usando relatos imaginativos y emocionales, con sistemas de repaso muy efectivos. A la vez, existe una comunidad muy grande de gente que comparte su experiencia de aprendizaje y su feedback. Conseguí estudiar todos los kanji básicos (+2000 kanji) en poco más de un año, dedicando 1-2.5 horas al día. Aún sigo repasando kanji a menudo, pero este método me permitió un ‘atracón de estudiar kanji’ que me permite leer textos complejos y que ha cambiado por completo mi capacidad de estudio sobre Japón. Soy un enamorado de este método, pero cualquier otro método de aprendizaje que te permita leer todos los kanji en un corto periodo de tiempo sería apropiado para el enfoque que propongo en este artículo.



En definitiva, cualquier método que te permita aprender todos los kanji fundamentales en poco tiempo va a tener un efecto drástico en tu viaje de aprendizaje del país nipón. Ya sea por afición o por obligación, te aseguro que leer kanji fluidamente (una vez dominas suficiente vocabulario y gramática) cambiará para siempre tu forma de adentrarte en la cultura japonesa.